
“Te
quiero”, me decía mirándome con ternura mientras nos uníamos por nuestro sexo.
Ahora aquellas palabras me parecían un poco vacías. Resultaba muy visible que
algo pasaba entre nosotros. ¿O era solamente una percepción mía? Quizá yo era
demasiado exigente y quería algo más que en realidad no existía. Lo cierto es
que ya no encontraba la “chispa” entre nosotros, pero continuábamos frotando
nuestros cuerpos...