martes, 27 de junio de 2017

4 posiciones para el sexo oral

Son tantos los tabúes encerrados en torno al sexo oral, que cuando hablamos de eso sin sonrojarnos, solo pensamos en la pose tradicional y más común. Pero así como existe un Kamasutra y variedades de posiciones sexuales, también las hay para disfrutar (y dar placer) con el sexo oral.
No solo de audaces se trata, sino de disfrutar mucho más de algo que tanto nos gusta: el sexo. Por eso, queremos sujerirte 4 posiciones diferentes para practicar el sexo oral. ¿Te animas?

#4 El acantilado

Para disfrutar de esta pose, siéntate en el borde de la cama boca arriba, y mantén las piernas recogidas sobre el colchón. Él se arrodillará sobre el piso entre medio de tus piernas, e inclinará su cabeza hacia abajo, directamente sobre tu clítoris.
Esta pose también le permitirá tener las manos libres para jugar con el resto de tu cuerpo.

#3 El perrito

Esta variante del clásico perrito es una posición muy caliente, que da el control del ángulo y la presión. A la ya conocida pose de penetración, el hombre desde atrás satisface a la mujer.

#2 Pose lateral

Ubíquense en sus lados uno frente a otro, y a continuación deslízate hacia abajo, hasta que su pene quede a la altura de tu cara. El secreto de esta pose es dar placer sin que sufran tus rodillas o un calambre en el cuello.

#1 Una variante para el sofá

Pose para el sexo oral apta para habilidosos y valientes. Pide a tu chico que se coloque boca arriba en el sofá, con la espalda y la cabeza en el asiento, y las piernas sobre el respaldo. Arrodíllate sobre su rostro, frente a la parte posterior del sofá. Terminarán con una variante doblada del 69, pero mucho más relajante que el tradicional, ya que las manos no quedan agitándose en la cama.

¿Qué te parecieron estas posiciones? Atrévete a ser más osada en la cama, deja tus tabúes y vergüenzas de lado ¡y a disfrutar!

Fuente: VIX
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martes, 20 de junio de 2017

TERCERA PARTE: EL ENSAYO (II)


Fui corriendo a por los dados y puse en marcha el ordenador para que leyese las bases del juego. Ella se sorprendió al ver que ya tenía los dados. Los había conseguido en una tienda de “frikis”, en la que todos me miraron con extrañeza al verme entrar, seguramente porque pensaban “el abuelo se ha perdido”.  Elegí estos dos colores porque desde que nacemos, la sociedad parece que tiene el color azul asociado a los chicos y el rosa para las chicas, pero a mí no me gustaba el color rosa. Además pensaba que el rojo siempre era más erótico.
Le expliqué que se trataba de interpretar el personaje que designara un número de los dados y que dicha tarea igualmente le tocaría hacer a uno u otro según decidieran los dados: par para la mujer, por quitar la connotación machista “con dos cojones”, porque al fin y al cabo las mujeres tienen dos tetas y como dicen, “estiran más dos tetas que dos carretas”. El número impar quedaba asociado en el pene, como una cosa incompleta si no tiene donde meterse. Ella prefirió ir directamente al grano y lanzar los dados antes de leer. Una vez el azar decidiese el número del personaje, ya veríamos cuál era. Casualmente preguntó por la sumisión sin saber de su existencia.
Lanzamos el primer dado. Número par. Le tocaba representar a ella. ¡Bien! ¡Yo estaba de suerte! Lanzamos el segundo dado y lo creáis o no, casualmente salió el personaje de sumiso. Lo cierto es que a mí no me gustaba demasiado este papel, pero una película lo había puesto de moda y quizá era conveniente su existencia.  Leímos mi esbozo y le dije que ahora disponía de 48 horas para prepararlo y representarlo, pero ella prefirió hacer la representación. “¡Mejor! ¡Sexo ahora!”, pensé yo con ganas de acción.
Nos desvestimos y una vez más embelesé con aquel cuerpo lleno de curvas, con carne a la que agarrarse, suave, mullido, completamente hechizador. Para mí voluptuosa es la palabra para definir la mujer perfecta y ella lo es. Era toda mía. Podía pedirle lo que yo quisiera, pero me quedé en blanco, hechizado únicamente con su contemplación. No sabía de qué manera comportarme como amo. No me gustaba nada, pero tenía claro que quería placer y que ella me lo diese ya. ¿Y qué mejor para empezar que se arrodillara y se metiese mi pene en la boca? Quería una buena mamada.
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martes, 13 de junio de 2017

6 consejos para ganarle la batalla a la rutina sexual



Para que la llama de la pasión no se apague es fundamental alimentar el amor a diario e intentar innovar para que la relación de pareja no se desgaste.

Mantener viva la pasión y el deseo sexual es uno de los componentes esenciales para que la relación de pareja se conserve estable durante mucho tiempo. Por supuesto, no es el único aspecto que influye, pero sí es uno de los pilares para disfrutarla de forma plena.
Cuando la pareja está en sus primeras etapas este ámbito marcha de la mejor forma y parece muy fácil innovarlo; sin embargo, conforme pasa el tiempo, también suele caer en la monotonía y muchas veces es la causa del desequilibrio en la relación.
Y es que, la verdad, para muchos no es fácil prestarle la atención necesaria debido a las múltiples ocupaciones que tienen durante el día. Los niños, el trabajo y la falta de intimidad en el hogar son factores que influyen en su deterioro.
Por fortuna, el sexo es un campo de tantas posibilidades que cualquier momento es perfecto para revivirlo y disfrutarlo de la mejor manera.
En esta ocasión queremos compartir 6 consejos clave para acabar con la rutina sexual. ¡Anímate a ponerlos en práctica!
1. Mejorar la comunicación
Cuando una pareja no tiene buena comunicación en el tema de la sexualidad es muy difícil que lleguen a innovar y experimentar las cosas que en realidad desean.
Sentir miedo al rechazo o pudor impide crear la confianza necesaria para que ambos se sientan cómodos a la hora de intentar algo nuevo.
No se trata de establecer un diálogo para recriminar o resaltar algún defecto del otro. La idea es que ambos comuniquen sentimientos y se sientan seguros de formular propuestas para un cambio.
2. Buscar un espacio diferente
No siempre tiene que ser en la cama o en la habitación. Muchos no alcanzan a imaginar cuán excitante puede ser intentarlo en otro de los lugares de la casa o, mejor aún, fuera de esta.
En este punto la complicidad desempeña un rol muy importante, pues es la que les ayudará a sentirse seguros de hacerlo en el lugar menos esperado.
3. Preparar una cita a ciegas
Parece una forma de sorprender muy cliché, pero la verdad es que sigue siendo una experiencia romántica y divertida para las parejas.
Una escapada a un destino diferente, preferiblemente que la otra persona no conozca, le dará más emoción y despertará la pasión que se ha ido perdiendo.
Eso sí, cada detalle de la cita importa: la decoración, el sitio e incluso los manjares que se deseen disfrutar en los momentos previos a la acción.
4. Ponerle un poco de fantasía
Todos tenemos fantasías sexuales pero pocas veces nos atrevemos a cumplirlas con nuestra pareja. ¿Qué tiene de malo? Es muy normal y es la excusa perfecta para acabar con la monotonía.
Los juegos sexuales, los fetiches y todas esas locuras que tenemos en mente se pueden hacer realidad con un poco de picardía y buena comunicación.
Para esto vale la pena aprovechar accesorios como la ropa interior comestible, los juguetes eróticos o los aceites y masajes, entre otros.
5. Sorprender un día cualquiera
Es probable que él o ella llegue todos los días de trabajar y encuentre a su pareja viendo la televisión, con el pijama puesto o haciendo cualquier tarea cotidiana. Lo más seguro es que todo continúe como cada día y acabarán por irse a la cama sin nada de nada. ¿Identificados?
Si es así, ha llegado el momento de cambiar. Sin previo aviso, aunque con la seguridad de que ese día llegará a casa, elige un buen vino, prepara la habitación con un ambiente romántico y elige las prendas más sensuales.
Esta sorpresa suele ser bastante excitante y representa una excelente forma de salir del estrés y la rutina.
6. Hacerlo sin prisas
Las relaciones sexuales no tienen por qué convertirse en un acto repetitivo y aburrido. Para despertar la libido es determinante jugar con los preliminares y tomar el tiempo suficiente para excitar a la pareja.
Los besos, las caricias y el estímulo de las zonas erógenas harán disfrutar de un encuentro más pleno y apasionante.
Este momento también puede aprovecharse para expresar el deseo y todas esas cosas nuevas que se quieren probar.

Por supuesto, existen muchas otras formas de salir de la rutina para disfrutar de un buen sexo. Todo depende de vuestra creatividad y de la confianza que haya para hacer a un lado los miedos.

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martes, 6 de junio de 2017

TERCERA PARTE: EL ENSAYO (I)

Ella no mostró demasiado interés por leer mis ideas del juego y yo necesitaba saber si jugaría de verdad, comprobar si funcionaba, si era preciso modificar algo o si realmente era un juego equilibrado y sin ventajas para uno u otro miembro de la pareja.
Aún no tenía acabado el juego, pero ya estaban muy claras las ideas principales y yo quería llevarlo a la práctica para verificar si verdaderamente se podía conseguir todo lo que yo quería con él. También esperaba verla a ella representante algunos de los personajes que más me gustaban. Quería verla complaciente, “sexy”, obscena, o agresiva conmigo.
Pero por el momento aún no tenía demasiado valor para plantearle ya mi intención de jugar ni tampoco encontraba la situación adecuada. ¿Y si al leer las bases no quisiese seguir adelante? De nada habría servido todo mi esfuerzo y una vez más me quedaría sin lo que yo quería: más sexo y mejor.
Y así, una de esas otras noches mágicas y casi únicas en las que los dos niños se habían quedado dormidos al mismo tiempo, y nosotros no estábamos tan cansados como para dormirnos con ellos, nos sentamos los dos juntos en el sofá. Casualmente a lo largo de estos días esto se había dado con una frecuencia del todo inusual. ¿Qué podíamos hacer? ¿Ver una película? ¿Hablar más de lo que ya habíamos hablado antes? No. Era el momento de pasar a la acción. Así le propuse jugar casi a quema ropa, directamente, sin más preámbulos. ¡Ella aceptó sin conocer el juego!
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