martes, 26 de abril de 2016

DESTINATARIOS

Si consideráis que no hay pasión en vuestra pareja, que el sexo os aburre; si alguien de vosotros ya ha pensado en divorciarse, si ya casi ni habláis; si pasáis más tiempo pensando en el trabajo que en la pareja; si os sentís aunque sea un poco insatisfechos con vuestra relación; si nunca le habéis confesado a la pareja vuestros deseos más ocultos, si discutís a menudo; si ya no tenéis anhelos, alicientes ni fantasías, si os gusta experimentar cosas diferentes,... Entonces este juego es para vosotros y hay que practicarlo.
Si por el contrario sois una pareja sin demasiadas necesidades en el campo de la sexualidad o que realmente estáis a gusto con vuestras relaciones sexuales, no hace falta que practiquéis el juego, pero tal vez del mismo modo os pueda resultar interesante y os aporte muchos beneficios.
Por otro lado, un factor quizá importante para tener en cuenta es la edad de los jugadores, dado que practicar este juego en el período de la juventud puede comportar que en la madurez queden ya pocas cosas que descubrir y experimentar con la pareja en el campo de la sexualidad, quitando así alicientes a las relaciones sexuales demasiado pronto y alimentando más aún el vacío y la frustración en la vida adulta.
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martes, 19 de abril de 2016

Afirman que se están perdiendo las emociones de la sexualidad

Excita lo íntimo, el secreto, las fantasías a veces irrealizables o lo prohibido. Pero, en una sociedad mediatizada que va dejando atrás los temas tabú, la capacidad de sorpresa se adormece. Porque ahora lo prohibido está al alcance de un clic en la notebook y los cuerpos desnudos, todo el tiempo en la TV, las revistas o en las playas. En esa línea, una investigación que llevó adelante en Barcelona la Universidad Pompeu Fabra (UPF), concluyó que la capacidad emocional de excitarse de las personas está en baja. Lo mismo sucede con la violencia: sorprende o asusta menos que décadas atrás.
Los investigadores Alberto Betella y Paul Verschure constataron, en un estudio publicado en la revista científica PLoS ONE, que “las personas son cada vez más insensibles a los estímulos altamente excitantes que van desde la violencia al sexo”. Los científicos atribuyeron la menor sensibilidad a contenidos que provocan excitación “a la gran presencia de este tipo de contenidos en los medios de comunicación”.
Los investigadores llegaron a ese resultado al experimentar con una nueva escala para medir estados emocionales como el placer, llamada The Affective Slider (AS). Los 400 voluntarios que participaron en el ensayo recorrieron, a través de un software, 60 imágenes utilizadas como estándar en estudios de psicología. El sistema permite marcar, con un comando deslizante, mayores niveles de excitación o indiferencia ante cada figura. También, un rango mayor o menor de placer ante cada imagen. El hecho de que no sea necesario dar una respuesta verbal ante cada uno de los estímulos, facilita la sinceridad de las reacciones.
Las fotos usadas pertenecen a un banco de datos estandarizado desde hace décadas, llamado International Affective Picture System (IAPS). Los resultados mostraron rangos de reacción menos fuertes que en investigaciones anteriores.
Sobre este hecho, los autores advirtieron que “si se utilizan las imágenes de la base de datos IAPS, junto con sus clasificaciones de los años 90, sus resultados pueden ser imprecisos ya que estas imágenes, calificadas originalmente de altamente excitantes, hoy en día tienen una carga emocional disminuida y son menos excitantes”.
El médico y profesor de Sexualidad de la Universidad Abierta Interamericana (UAI) León Gindin, analiza: “Desde ya que no ocurre lo mismo que hace décadas atrás. Hoy se ven cuerpos hermosos todo el tiempo y hasta a un ex Papa se le encuentran amantes”, argumenta. “Si la sexualidad está en todos lados, en todas las conversaciones, el sexo termina perdiendo ese espacio de fantasía”, precisa.
Para el médico sexólogo Walter Ghedin, el contexto está claro: “En los ‘80, hasta las revistas porno venían tapadas con una bolsita negra y eso mismo generaba una expectativa. Hoy no hay misterio con relación a la imagen, aunque lo sugerido siempre es lo que excita más”.
De todos modos, los especialistas aseguran que existe remedio. “Hay que darse tiempo para estar con el otro, registrar sus deseos y los propios, y darse afecto para a partir de ahí construir fantasías compartidas”, dice Ghedin. De alguna manera, que el romanticismo humano le gane a la mera imagen.
Paola Kullock, al frente de una escuela en la que se dan talleres que van desde el masaje erótico hasta la técnica del striptease, dice: “La mayoría de las personas que vienen quieren recuperar el deseo y tienen  ‘ganas de volver a tener ganas’”. Parece una confirmación del “mal de época” que señala el estudio.
La profesora de erotismo avanza: “Se habla demasiado de sexo entre amigos y se dicen mentiras. Todo eso genera una presión y hay chicas que piensan que no tienen el mismo nivel de excitación que sus amigas”. Para Kullock, la solución ante el desánimo, es similar a la que plantean los médicos: “La buena sexualidad no pasa por una reacción automática a un estímulo. Hay que construirla. ¿Cómo? El buen sexo se piensa, se imagina y después se pone en práctica”, aconseja.
“Es necesario hablar, poder expresar las propias fantasías y contárselas a la otra persona. Se puede jugar: desde compartir una charla erótica por WhatsApp hasta armar un Facebook sólo con los dos integrantes de la pareja, para publicar imágenes y relatos. Siempre es importante  movilizar lo mental”, hace hincapié.
No es necesario realizar proezas. Los especialistas explican: se pueden compartir fantasías con la pareja y hablar de ellas para excitar, aunque no necesariamente éstas tengan que llegar a concretarse.

Fuente: Clarín
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martes, 12 de abril de 2016

INDICACIONES Y OBJETIVOS

INDICACIONES
Si finalmente os decidís a jugar, antes de proceder por primera vez, hay que leer detenidamente estas bases con la pareja y después definir los límites a los que estáis dispuestos a llegar.
Quizá al principio os pueda parecer un poco complejo, pero después os percataréis que todo tiene un propósito y en la práctica, en realidad resulta mucho más sencillo.
OBJETIVOS
Las finalidades principales del juego son la excitación, la experimentación y el acercamiento a las fantasías y deseos de la pareja, cosa que implica tener mayor comunicación, sinceridad, abertura y confianza.
Otro objetivo importante es tener más sexo, aparte de gozar más de los encuentros sexuales con la pareja de una manera seguramente distinta a como lo podéis hacer normalmente.
Al mismo tiempo se busca superar los tabús y atreverse a experimentar de todo junto a la pareja de forma saludable, abriéndonos así a nuevas formas de placer.
Con el juego también se pretende dotar a la acción de otros sentimientos y experimentar el deseo, la satisfacción o la frustración, la humillación, la paciencia, la entrega, la confianza, la sensibilidad, la afectuosidad, la rudeza, la ternura o incluso la animadversión, etc.
Igualmente se busca revivir la pasión como adolescentes gobernados en sus acciones, en este caso, por las reglas del juego.
Por algunos de los papeles a representar, también nos permitirá valorar qué es lo que se tenía o cómo era vuestra relación y vivir así diferentes estados posibles totalmente opuestos, siempre con la intención de mejorarla.
También vamos a aprender a conducir y experimentar el hecho de ser conducidos, porque al fin y al cabo los seres humanos nos movemos entre estos dos tipos de personas. Así, en la vida a veces podemos encontrar varias situaciones en las que no sabemos cómo comportarnos y es más fácil tener a alguien que nos diga qué debemos hacer. Entonces, para que las cosas funcionen en una relación, deberemos ser uno u otro quien conduzca a la pareja y en semejante menester, los dos se deben ir relevando de manera equitativa.
Llevaremos el sexo a la perfección y profesionalidad doméstica.

Y por último, a veces igualmente podremos descentralizar el sexo del coito.
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martes, 5 de abril de 2016

Sexualidad y Pareja ¡No tengo tiempo!

No por nada dicen que las mujeres somos multifacéticas y hacemos mil y una cosa a la vez. Tenemos esa capacidad, pero es la misma que nos juega en contra en temas de intimidad. Esto, porque en la lista por hacer, la sexualidad queda postergada en la jerarquía. Y cuando llegamos al encuentro, lo hacemos desconectadas o francamente reventadas. Pero no es la idea forzarnos, sino disponer el cuerpo a buscar afectividad, relajo y liberación a través de la sexualidad.
De allí que en este período sea fundamental generar la instancia, pero no preocuparnos por la cantidad. Más vale una vez cada 10 días bien hecho, que dos semanales con tu cabeza en cualquier parte o simplemente siendo la fuente de una descarga.
Claro que ambos elementos dependen mucho del otro y así como una relación no puede subsistir sin sexo, un buen sexo siempre va ligado a una buena relación. Lo importante es tener claro que la satisfacción física y emocional que resulta de un buen encuentro sexual es más importante para la felicidad como pareja, que la frecuencia con que se practique el sexo. En ese contexto es que te entregamos los siguientes consejos:
1.- No trates de ser la amante perfecta o la femme fatale. La Dra. Walts, de la Walts Academy of Physicology afirma que "la enorme importancia que la sociedad moderna da a la práctica sexual ha hecho que muchas personas y muchas parejas se sientan inseguras de su propia forma de actuar con respecto al sexo". Así que tranquilidad, que no hay que ser una chica Playboy para tener una vida sexual feliz y para satisfacer a tu pareja.
2.- Acepta innovar si te lo proponen. Los expertos en relaciones de pareja afirman que todo es válido y correcto dentro de la práctica del sexo en el matrimonio, mientras sea consentido por ambas partes y dé igual satisfacción a ambos.
3.- Juega y diviértete. Distintas fantasías, cariños, estímulos, posturas, palabras y hasta actuaciones convierten al acto sexual en un momento especial y erótico. Si se enfrenta con una actitud adecuada y provocativa, en vez de hacerlo de manera automática, el sexo nunca podrá ser aburrido.
4.- Calidad mejor que cantidad. Muchas veces es más beneficioso hacerlo cuando realmente se tienen ganas que por obligación. No traduzcan todo en números y estadísticas. Dejen que las cosas fluyan.
5.- Mueve tu instinto sexual. Si no haces nada para motivarte sexualmente, seguirás estando reacia para el sexo. Es cierto que puedes sentirte cansada, molesta o tal vez agotada de todo; pero verás cómo un buen sexo te cambia la vida y te mejora el ánimo, haciéndote dormir como un bebé. Así que búscalo, bésalo y detente a disfrutar de sus caricias y besos. Ya verás cómo en unos minutos estás lista para la acción. Recuerda: el sexo llama al sexo.
6.- Sí al sexo con calma. El matrimonio y el sexo rápido han estado unidos por mucho tiempo. No te dejes llevar. Opta por la calma y crea el espacio para tener un buen sexo, pero con calma. Con tiempo para jugar, besarse, acariciarse, amarse y luego regalonearse... Y si después quieren seguir jugando, ¡bienvenido sea! Si no, dormir abrazados también es una buena opción. Y si no puedes hacerlo en casa, deja los niños con tu suegra o tu madre, y escápate a un motel, o mejor aún, ¡a un fin de semana en la playa! Ya sabes, mejor uno a la semana de calidad, que tres rapiditos.
Crear el ambiente
Es necesario entender que cada encuentro sexual se debe convertir en un ritual de amor y placer, para que sea absolutamente especial. Es decir, la pareja de buenos amantes es aquella capaz de transformar lo cotidiano en extraordinario y lo aburrido en divertido. De allí que se recomiende que al menos una vez al mes, den rienda suelta a la creatividad y hagan del sexo una comunión única.
Puede que, para algunos, el ambiente o entorno que rodea al acto sexual no tenga mayor relevancia. Sin embargo, está comprobado, sobre todo en mujeres, que el contexto puede hacer toda la diferencia entre un buen encuentro sexual y uno simplemente regular.
Para que este ambiente sea el adecuado, debe contar con algunos elementos que motiven a la pareja, dependiendo de sus gustos e intereses. Sin embargo, existen algunas pautas que de manera general sirven para mejorar el encuentro y hacerlo inolvidable. Además, ayudará a renovar la relación, recuperar el misterio y reencender la pasión, eliminando la temida rutina que aparece con los años.
En este sentido, el antes es muy importante. El cómo se relacionen previo al encuentro, cómo hayan mantenido su sociabilidad durante los días anteriores, el cómo se tratan diariamente, es parte del ambiente. Una buena relación es aquella que desarrolla de manera positiva una intimidad física y psicológica, a través de demostraciones de afecto y compañerismo durante toda la convivencia, lo que inevitablemente se traspasará a la cama. De allí el consejo popular de que no hay que llevar las peleas a la cama.
Antes que todo, es importante entender que no existen las relaciones sexuales perfectas siempre, ya que creerlo puede inducir al desengaño y a la molestia por las expectativas no cumplidas. A veces, el estrés, el agotamiento físico, la salud, no permiten que la pareja funcione como uno quisiera. Por lo mismo, no hay que desmotivarse, sino pensar que es un impase que ya pasará.
Cambia de lugar de vez en cuando. Si siempre lo hacen en el dormitorio, muévanse hacia la cocina, el baño, la terraza (no en invierno, por supuesto), o bien el auto o el patio trasero de la casa... Recuerda que todos venimos cargados de cansancio, estrés o malas ondas desde el trabajo, por lo que una buena dosis de creatividad hace la diferencia y puede alegrar el genio de cualquiera. Ese tipo de encuentros son los que harán que un día termine mejor que como comenzó.
Y finalmente, todo lo que los haga sentir bien. Tomen previamente una copa de su licor favorito, escuchen ese disco que los unió y acaríciense. Regálense masajes mutuos, besos largos y calurosos, y palabras lindas y seductoras. Luego, el resto vendrá solo y, por supuesto, tendrá claramente un sabor distinto y exquisito.

Fuente: Nueva mujer
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