
No
me gusta nada hacerme pajas mirando una película porno. Lo considero vulgar,
triste y pobre, y más aún para un hombre casado ya bastante adulto, pero no me
queda otra porque la abstinencia me pone de muy mal humor. Incluso me dedico a
contar los días sin actividad sexual y llega un punto que sería capaz de
follarme una piedra con agujero que se cruzara en mi camino.
Como
toda persona de nuestra sociedad...