martes, 7 de marzo de 2017

El sexo que sí satisface: el porno alternativo que sustituye al convencional

Cada vez más usuarios de la industria del sexo aseguran estar cansados de lo que ven en la pornografía habitual, y sus razones son bastante convincentes. Esta es la opción que plantean.
Gemidos anodinos, posturas propias de equilibristas del Circo del Sol y pechos cuyas medidas superan con creces el clásico 'teta que mano no cubre'. Por no hablar de los planos imposibles, los retoques de Photoshop y el uso del maquillaje.
El porno se aleja de la realidad en muchos aspectos, pero Carrie Weisman destaca en 'AlterNet' dos: “Por un lado, no proporciona un reparto de los órganos de representación. ¿Alguna vez han sentido que las mujeres gordas, las personas de color y los hombres con pene de 'tamaño medio' no salen apenas tiempo en pantalla en los contenidos pornográficos? Exacto. Esto ocurre porque no aparecen”, asegura la autora.
Hoy en día el porno siempre sigue unas normas y reglas, por lo que gran parte de los contenidos son repetitivos y aburridos
Personaje idealizados que se unen a una puesta en escena rápida y directa. Precisamente, la segunda gran característica que, en opinión de Weisman, hace que el porno resulte demasiado irreal, son los tiempos de duración de los encuentros sexuales. Como explica, y teniendo en cuenta que según el último estudio publicado por Pornhub las personas consumen de media poco menos de 10 minutos en visualizar un contenido porno, no es de extrañar que en su día a día busquen satisfacer sus necesidades sexuales con una liberación rápida: sólo sexo, sin contexto alguno. Un aquí te pillo aquí te manto generalizado.
Sin embargo, la falta de autenticidad en el porno está inspirando a algunas personas a crear sus propias alternativas. Y algunas resultan de lo más interesantes e innovadoras.
Generaciones viciadas (y enviciadas)
Cindy Gallop, cuya compañía Make Love Not Porn (haz el amor, no porno) trata de ofrecer a los consumidores de medio mundo representaciones sexuales más cercanas al mundo real, se confiesa amante del sexo con varones más jóvenes que ella. ¿Algún problema? Pues sí. Como explica la empresaria de 55 años, los hombres en torno a los 20 años han sido criados bajo el paraguas del porno que se ofrece en internet y, en su opinión, llevan a sus encuentros sexuales prácticas de lo más irreales y poco placenteras. “Conforme pasa el tiempo, empiezo a notar la gran influencia de los tópicos del porno en la forma en la que los chicos se comportaban en el dormitorio. 'No, muchas gracias, prefiero que no te corras en mi cara', he tenido que decir a más de uno”, asegura Gallop.
La repetición de estas y otras situaciones incómodas, fueron detonantes para que montase su negocio, hoy reconocido entre los amantes del porno y, en particular, del sexo explícito realista. La idea no es otra que generar un intercambio social de contenidos que se posicionen en contra de la presión de las generaciones más jóvenes recreando escenas pornográficas basadas en encuentros reales.
También el cine ha recogido la moda de reavivar la pasión con vídeos eróticos caseros.
La realidad supera la ficción
“Hoy el consumo de porno se ha convertido en algo generalizado. Siempre sigue unas normas y reglas, por lo que gran parte de los contenidos son repetitivos y aburridos”, analiza Gallop, quien no duda en sentenciar que, por culpa de la industria y la difusión masiva de sus producciones en la red de redes, “todo el mundo hace lo mismo”.
Quizás excediéndose en su confianza en la creatividad diaria de las personas y las parejas, Gallop defiende que el sexo en el mundo real es “mucho más rico y variado”. De ahí que quieran generar debate y fomentar la comunicación entre los interesados, con el objetivo de recopilar imágenes y vídeos reales. “A partir de ahí empezaremos a tener un mejor sexo al instante”, aventura la emprendedora.
También queremos ver la ridiculez, la torpeza. La idea es verlo todo. Y después del orgasmo, los abrazos, la conversación sobre cómo lo han pasado
“Nuestro único criterio, además de que los participantes sean mayores de 18 años, es que el sexo sea auténtico”. Tan sólo rechazan aquellos vídeos en los que se puede escuchar música con derechos, si las imágenes son demasiado oscuras o si son excesivamente pornográficas.
Porno real con personas reales
Uno de los problemas más comunes con los que se topan al recibir las grabaciones, es la ya conocida influencia del porno 'online': “La gente piensa que lo que interesa es lo que están acostumbrados a ver todo el tiempo en internet, y creen que lo que queremos cuando se filman a sí mismos es que el vídeo empiece cuando se meten en la cama y acabe cuando han llegado. El sexo en el mundo real es el contexto. Tiene una historia de fondo. Tiene una relación”, incide Gallop.
Lo que buscan son imágenes que recojan cómo empieza el encuentro sexual, que muestren los besos, cómo se desnudan poco a poco… “También queremos ver la ridiculez, la torpeza. La idea es verlo todo. Y después del orgasmo, los abrazos, la conversación sobre cómo lo han pasado”, comenta la empresaria.
Claro está que Gallop no es pionera en el campo del porno doméstico y en dar visibilidad a contenidos explícitamente sexuales rodados por personas reales: con sobrepeso, más altos o más bajos, transexuales, bisexuales, fetichistas… En su caso, y pese a haber sido tachada, entre otras cosas, de hacer 'porno feminista', busca dar un nuevo enfoque al porno haciéndolo más parecido a los encuentros carnales que disfrutan la mayoría de los mortales ayudando además a reavivar la llama entre los que envían sus vídeos, ya que, como asegura la visionaria, “compartir sus relaciones sexuales con el resto del mundo es algo totalmente transformador para las personas y su vida en pareja”.

Fuente: El Confidencial