martes, 29 de diciembre de 2015

¿Por qué la sexualidad no madura con la relación?

La falta de relaciones sexuales puede ocasionar problemas de pareja. Un estudio de la Universidad de la Trobe, en Australia, sugiere que 54% de los hombres y 42% de las mujeres creen que su sexualidad en pareja es mala, después de tener tiempo juntos. Las parejas concluyen que se pierde la frecuencia de los encuentros íntimos y la satisfacción es menor.
¿Por qué se apaga la llama? La experta belga en sexualidad Esther Perel revela algunas razones del por qué la sexualidad no madura al igual que la relación.
Espacio: Al comenzar una relación siempre quieres estar con la pareja, tenerlo en cuerpo y alma, sin darte cuenta que el despertar el deseo y la pasión necesita que cada uno tenga su espacio. Dale su espacio y deja que te desee, que al momento del encuentro sexual todo mejorará.
Autoexploración: Para decirle qué te gusta en la intimidad, tienes que autoexplorarte antes de comenzar una relación. Si no le dices lo que te gusta y lo que no te gusta en el sexo, irá perdiendo el deseo al ver que no puede complacerte.
El deseo sexual y la pasión no sólo pasan por atracción física, sino por cuestiones emocionales.
Para descubrir qué aspectos mantienen el deseo, deberíamos saber primero qué cosas lo aniquilan. No me gusta mi cuerpo, no tengo tiempo para mí, siento que no tengo derecho a querer o a recibir placer, tengo baja autoestima, las cosas no me salen bien… Estas son algunas respuestas frecuentes a la pregunta ¿qué cosas terminan con tu deseo?
¿Qué aspectos mantienen el deseo en una pareja?
La experta recuerda que es necesario entender que el deseo es una forma de estar vivos, conectar con la energía vital que todos tenemos. Además señala que:

  • La paradoja entre amor y deseo es que aquellos aspectos del amor que nos gustan (protección, preocupación, responsabilidad) pueden sofocar el deseo.
  • El deseo viene con una serie de ingredientes que no siempre favorecen el amor (celos, poder, travesuras, dominación)
  • La mente erótica no es políticamente correcta.
  • El deseo viene con una cierta capacidad de egoísmo que nos sirve para conectar nuestro propio yo en presencia del otro.
  • El principio del deseo es la necesidad exploratoria, de curiosidad y de conocimiento.
  • Tener mucha intimidad sexual propia y en pareja.
  • Entender que hay un espacio erótico que pertenece a cada uno de ellos.
  • La estimulación erótica no es algo que se logre en cinco minutos.
  • La responsabilidad y deseo sólo pelean.
  • Las parejas eróticas también entienden que la pasión aumenta y disminuye, por lo que saben cuando resucitarla.
  • El mito de la espontaneidad constante se cae.
  • Sexo comprometido= sexo intencionado, con voluntad, intencional.
  • Sexo= presencia.


Fuente: EME
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martes, 22 de diciembre de 2015

CAPÍTULO 5: CONJURO (II)

Quizá entre uno y otro, desbordados por la crianza, nos abandonamos poco a poco. Ahora, cuando nos despedimos, lo hacemos ya con un casto e insípido beso. Al volver a casa, aparte de algo del trabajo, de la escuela o de los progresos del pequeño, parece que poco debemos decirnos cada día. Estamos cansados de la jornada porque tampoco dormimos mucho, pero además lo hacemos en camas separadas, dado que los niños han crecido y ya nos resulta incómodo de otra manera. Entonces cada uno duerme con uno. Así, la cama ya no es ese lugar donde aparte de practicar los juegos amatorios, también hablábamos tranquilamente. Casi no tenemos tiempo de ver una película juntos sin interrupciones. El sexo también lo practicamos muy a la larga y siempre en fin de semana. Incluso he renunciado a salir con los amigos y la bicicleta los domingos por la mañana, porque como los sábados los niños se acuestan tarde, es más probable que nosotros nos levantaremos antes y podamos gozar los dos de un instante a solas que poder invertir en el sexo. Por desgracia, muy a menudo me quedo esperando y ella se levanta tan tarde como los niños o incluso el mayor se despierta antes de que ella. Curiosamente nuestros hijos son de esos que entre uno y otro, incluso sin haber hecho la siesta, son capaces de acostarse a la una de la noche y levantarse a las ocho de la mañana. ¡Tiene cojones la cosa!
Normalmente con esto de tener dos hijos o más, te encuentras que cuando uno duerme, el otro está despierto; cuando no está enfermo uno, lo está el otro... Así que entre unas cosas u otras acabas por no tener ni un momento para estar a solas con la pareja. Y en ese casual y remoto instante que los dos niños duermen y parece haber alguna disposición a tal efecto por las dos partes, para darle un poco de sustancia al acto y que no sea ese encuentro desesperado que va directamente en busca del placer, empezamos con unos besos, caricias y abrazos. Cuando ya nos hemos sacado de encima toda la ropa y vamos a dar paso a los órganos sexuales, casualmente llaman al timbre, llora un niño o el otro, o uno se despierta y pide nuestra presencia, o suena el teléfono, porque además, lo cierto es que por mi trabajo yo también conozco a mucha gente con el don de las llamadas inoportunas. ¡Todo se va a hacer la mano! Realmente es como si hubiese alguna clase de conspiración o nos hubieran lanzado un conjuro que contribuye a apagar las pocas brasas de la pasión que aún puedan permanecer.
Entonces me quedo caliente, frustrado y pensando que cuando tengan novio o novia se acordarán de su padre. Mi mujer se va a la cama a darle pecho al pequeño y sé que ya no volverá porque se dormirá pronto, o si es por la mañana, volverá con un niño al brazo. Ya no me queda otra que esperar a la noche siguiente y recurrir a ver un fragmento de una socorrida película porno que se ha vuelto en mi asidua compañera sexual. ¡Como me gustaría coger por banda a mi mujer o que ella me cogiera a mí e hiciésemos todo aquello viejo y nuevo que ven mis ojos con glotonería!
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martes, 15 de diciembre de 2015

Sexualidad plena en la menopausia

A pesar de los cambios hormonales que ocurren en esta etapa de vida de la mujer, es posible tener relaciones sexuales placenteras. 
La menopausia es una etapa en la vida de la mujer en la cual intervienen varios cambios hormonales, debido a una disminución en la producción de las hormonas femeninas (estrógenos y progesteronas). Se caracteriza por la interrupción de la menstruación y la eventual aparición de problemas físicos, los cuales pueden perturbar la sexualidad. Es el caso de la sequedad vaginal, ya que los estrógenos contribuyen a mantener la vagina lubricada. Luego de la menopausia, las secreciones estrogénicas son menores, por lo que los órganos genitales pierden su flexibilidad. De esta manera, la mujer puede sentir dolores o incomodidades durante la penetración, lo que impide tener relaciones sexuales satisfactorias. 
Por otro lado, la menopausia acarrea cambios en el deseo sexual. De hecho, algunas mujeres tienen mayor libido, mientras que otras sufren de una reducción importante de la misma. Afortunadamente, es posible aminorar las molestias que se desarrollan durante la menopausia para tener una sexualidad placentera.
6 TRUCOS PARA NO TENER PROBLEMAS

  1. Ritmo: La menopausia puede provocar sequedad vaginal. Para no sufrir este doloroso problema, debes tener relaciones sexuales regulares (2 veces por semana como mínimo). Esto contribuye a estimular la lubricación natural de la vagina. Además, el semen contiene una cierta cantidad de estrógenos, por lo que dichas hormonas penetran en el organismo de la mujer y equilibran la falta de producción de las mismas.
  2. Perineo: Para que tu vagina mantenga una buena lubricación, se recomienda reforzar el perineo, el cual es la región anatómica que corresponde al suelo de la pelvis. Para eso, debes efectuar ejercicios de contracciones a diario. Acude a un sexólogo para que te indique cómo realizarlos.
  3. Preliminares: Las modificaciones hormonales pueden tener un impacto negativo sobre la libido de la mujer. Por eso, es necesario tomar tiempo para efectuar juegos preliminares, ya que aumentan el deseo sexual. Además, mejoran la producción de secreciones lubricantes, lo que limita el dolor durante la penetración.
  4. Lubricante: No debes dudar en utilizar un lubricante a base de agua para no tener dolores durante la penetración. Aplica el producto sobre la vulva y en la entrada de la vagina. Toma en cuenta que la acción de los geles lubricantes dura 2 días. Por lo tanto, no se usan a diario, sino 2 o 3 veces por semana.
  5. Fantasías: Puedes luchar contra la falta de libido causada por la menopausia, estimulando tu imaginación para tener fantasías sexuales. Generalmente, los pensamientos eróticos incrementan el deseo sexual en muchas mujeres. No dudes en leer novelas o mirar películas eróticas. También es importante hablar con tu cónyuge para que decidan juntos cuáles son las fantasías que pueden cumplir.

Si no logras disminuir los dolores y las incomodidades con los trucos anteriores, acude al ginecólogo para que te brinde consejos y te prescriba eventualmente un tratamiento hormonal. Asimismo, no dudes en consultar a un sexólogo, ya que los problemas sexuales pueden estar relacionados con dificultades diversas (tensiones en la pareja o estrés, por ejemplo).

Fuente: Opinion.com.bo
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martes, 8 de diciembre de 2015

CAPÍTULO 5: CONJURO (I)

No es fácil ser padre y menos aún mantener la relación de pareja fresca como cuando nos conocimos. Lo cierto es que yo veía pasar los años y pensaba que aun así, nuestra relación mantenía el enamoramiento apasionado como si aún fuéramos novios. Recuerdo mis cuñados, que cuando nos veían besarnos apasionadamente a toda hora y en cualquier parte nos decían: “¡Ieee! ¡Que pase el aire!”, pero igualmente nos decían que eso es siempre así de bonito al principio, de novios. Después todo cambia. Quizá nosotros no lo creíamos y estábamos haciéndolo durar más que nadie. Escuchaba mucha gente quejarse de la decadencia de su vida conyugal y de la falta de sexo; a menudo se quejaban también del hecho de tener hijos, de las tareas del hogar y lo poco que hacían sus maridos en casa; de lo triste y malo que era finalmente vivir en matrimonio... Entonces yo me sentía más orgulloso aún; me consideraba afortunado porque nuestra relación era muy diferente a todo lo que oía a mi alrededor.
Estaba convencido de que la estima se marchitaba en todas aquellas parejas en las que los hombres no saben ser buenos maridos y yo pensaba que lo era, que aparte de satisfacer a mi pareja en la cama, le ayudaba mucho en casa: yo era quien hacía la compra, quien cocinaba y fregaba los platos; también era una persona ordenada que se ocupaba de limpiar la casa; igualmente cambiaba los pañales o vestía a los niños y jugaba con ellos; les lavaba los dientes; cuidaba de mi mujer y siempre reservaba la mejor porción de la comida para ella, que estaba dando de mamar. Además, también era muy afectuoso con ella y los niños. Igualmente era un hombre muy aseado, que se conservaba bastante bien para su edad, que era activo y que tampoco era de esos que se pasan el tiempo libre con los amigos en el bar o sentado en el sofá mirando el fútbol o las carreras de motos. Estaba convencido de que esta clase de hombre que yo era estaba muy buscado y se cotizaba bien. Entonces, como recompensa y valoración del buen marido que era, igualmente estaba convencido de que resultaba más fácil de estimar y por eso me daban más sexo que al resto de maridos convencionales, dado que al fin y al cabo actualmente el sexo es la moneda con la que se mide el estado de una relación. Por lo menos al principio así era. Pero parece que tarde o temprano...
Después de venir los hijos, también pasó más tiempo y la cosa fue complicándose. Todo empezó con lo de la crianza natural y el colecho. Nada de biberones y de dejar a los niños con los abuelos o en la guardería; conducíamos los niños a golpe de teta y dormíamos todos en la misma habitación después de haber juntado dos camas. Éramos como un “pack” indivisible: la familia al completo siempre juntos, día y noche. Todo se debe decir, es bonito y da gozo, pero siempre hay cosas que no se ven desde fuera.
Yo sin más, como todo el mundo que se estrena en este mundo y toma determinadas decisiones sobre el camino a seguir, acepté lo de la crianza natural y el colecho sin saber todo lo que afectaría la vida de pareja. Está claro que puede resultar lo mejor para los hijos y su desarrollo, que al fin y al cabo ellos son lo más importante del mundo,... pero a pesar de que pueda parecer egoísta, debo decir que por delante están los padres. Si entre ellos no se cuidan, no mantienen su unión, no se sienten a gusto, no acabarán dando a los hijos todo lo que en realidad se busca con este o cualquier otro modelo educativo. Por eso se inventaron las guarderías, los tíos, los abuelos, las cuidadoras infantiles, las habitaciones para los niños, las cunas y los biberones... Porque las parejas, los hombres y las mujeres, necesitaban tiempo para ellos y sus cosas.
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martes, 1 de diciembre de 2015

Razones por las que los hombres no desean usar el condón

La explosión demográfica y el aumento entre la población de enfermedades de transmisión sexual son suficientes motivos para el uso del condón en cada acto íntimo, sin embargo, ¿por qué, aún con la información en medios e instituciones, los hombres de niegan al uso de preservativo?
De acuerdo con Ivonne Vanessa Silva, coordinadora nacional del Programa Gente Joven de la Fundación Mexicana para la Planeación Familiar (Mexfam), las mujeres tienen su primera relación a los 16 años en promedio y 64 % de ellas, de entre 15 a 19 años, no usan métodos anticonceptivos.
MÁS ALLÁ DEL LÁTEX
La industria ha invertido grandes esfuerzo para incrementar la resistencia y aumentar el placer en el uso de los condones, pero, ¿por qué los hombres se niegan a usarlos? Con información del urólogo y andrólogo de la Fundación Puigvert, Antonio Fernández Lozano, te ofrecemos cuatro razones:

  1. Psicológicas: Muchos hombres sienten que al ponerse un condón pierden sensibilidad en el pene, porque dejan de tener contacto directo con la humedad de la vagina, un lugar cálido y acogedor para ellos.
  2. Pierden la pasión: El simple hecho de interrumpir la relación sexual puede hacer que pierdan la erección.
  3. Biológicas: Antes que nada, somos animales. Y como animales que somos, la función de las relaciones sexuales es, esencialmente, reproducirse. Por tanto, muchos hombres pueden descartar el uso de condón de forma casi instintiva.
  4. Condición física: Algunos hombres son alérgicos al látex e igual que un cirujano alérgico no podría usar guantes de látex, tampoco pueden ponerse un preservativo.

Los programas de educación sexual pueden retrasar la edad en que los adolescentes comienzan a tener relaciones sexuales, además de reducir el número de parejas con las que tienen intimidad y aumentar el uso de condón.
Recuerda que en la sexualidad todo está permitido, siempre que exista respeto y confianza en la pareja.

Fuente: Revolución tres punto cero
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